Para el morbo y la escandalización de algunos y la indiferencia de otros
hoy os traigo algo que nunca me dió por escribir,aunque me he cansado de
contarlo.He hecho memoria de las mujeres que han pasado por mi vida y con las
que he compartido algo más,o mejor dicho,algo menos,que amistad.He de decir
como confesión pero sin vergüenza ni arrepentimiento que lo que hice con ellas
fue,literalmente,alimentarme de su belleza y de las peculiaridades que tenían
cada una. También he de decir que jamás amé a ninguna de ellas. A ninguna. Y
esto es porque,aunque adore leer libros sobre amor platónico y vistoriano mi
corazón va por libre y no suele invertir en algo que no va a salir rentable. Ya
tiene demasiados hematomas y está muy harto,así que si no se ve cortejado por
la otra persona prefiere abstenerse de malgastar sentimientos que caerán en
saco roto.En lo que voy a decir a continuación no saldrá el nombre real de ninguna de ellas,ya que no quiero incitar a futuras represalias.
Esta historia tiene,obviamente una precursora. Yo era muy ingenua y ella
muy experta. Su nombre significaba Reina y ese era el puesto nobiliario que
ella tenía en mis pensamientos. Me resultaba muy atractiva y diferente tal y
como era. Pero yo no encajaba en su mundo.Aunque debía de secársele la garganta
de las veces que decía que yo le gustaba salía a su libertinaje rutinario cada
noche y besaba muchos labios. Pero ningunos fueron los míos. En su defensa he
de decir que es complicado tener una relacción sin ningún tipo de contacto
carnal y ese adjetivo la definía mucho. En una ocasión estuve más cerca de ella
que nunca. La casualidad hizo que acabase en su ciudad. Pero tenía otros planes
así que nunca llegué a verla.No la amé pero desde luego sí la quise y la deseé
y escondí estos sentimientos al resto del mundo porque aunque ahora el amor
libre esté de moda,por aquel entonces aún era algo que ocultar y lo oculté muy
bien cuando mi madrastra me preguntó muy tranquilamente si lo que pasaba era
que esta chica me gustaba. Se lo negué en rotundo pero por desgracia mi cara me
delata siempre.Fué pasando el tiempo y mi Reina fué mimetizándose como un
camaleón a cada una de las novias que tenía. Era una metamorfosis que daba
incluso miedo,porque llegaba a convertirse en un puro clon de ellas. Al crecer
e ir viendo esto me doy cuenta de que las cosas salieron como tenían que
salir,porque esta muchacha nunca iba a llegar a satisfacerme de una manera que
no fuese puramente física.

Debajo de las luces de colores de aquel bar me pareció bonita,pero sabía
que tenía novio. Así que la aparté de mí y le dije que no empezase algo que no
iba a acabar. Me dijo que pasaba de su novio así que acabé accediendo. Con lo
inexperta que yo era en estas cosas comenzaba a cruzar la línea de mi pudor
personal tocándome de una manera que entonces no me pareció correcta. Más que
nada porque estaba su novio justo al lado,fulminándome con la mirada.Mis amigas me dijeron que cambiaban de bar,y,sinceramente,ellas son las
verdaderas mujeres de mi vida. Así que le dije a la Mrs.Courtney Ballantines
Love que si quería algo más tendría que venir a buscarme. Le di el nombre del
bar al que me iba y me marché.La verdad que aún mi corazón estaba muy tierno y seguía apegándome
instantáneamente a cualquier criatura bonita que me regalase un beso. Así que
la esperé nerviosa.Al ver que no venía,pensé que no me costaba demasiado dar la
vuelta e ir a buscarla. Y eso hice.
Me la encontré de camino,en un portal,magreando a su novio y dándole
explicaciones. Me vió y puso una cara como diciendo: Es lo que hay...
En ese momento mi prácticamente inmaduro interior me hizo hacerle el
corte de manga más solemne que había hecho en mi vida. En ese momento,necesité
un millón de dedos corazones para hacerle ver lo estúpida que me sentía.
Como no me había cansado aún de que me humillasen,volví a salir la noche
siguiente intentando ver la anterior como un mal sueño.
Todo comenzó de una manera bastante habitual. Mis amigas y yo fuimos al
bar de siempre a ver a la gente de siempre y a escuchar el mismo rock ambiguo
de siempre. Una de mis amigas,especialista en meterme en problemas,me presentó
a una chica que no era de aquí,pero que estaba pasando unos días en la ciudad.Cuando la vi,me gustó tanto que me daba vergüenza el simple hecho de mirarla a la cara. Tenía la piel muy clara y el pelo fino y oscuro que enmarcaba una mirada asiática y pequeña. Creo que no la ví parar de sonreír en toda la noche. Me besó,la besé. Me atrapó.
La cabeza me daba vueltas y ella era tan delgada y frágil que me daba miedo romperla. Decidí que ya me habían caído suficientes cubos de agua fría encima y en un intento de no hacer tan evidente lo que sentía me fui un rato a conversar con mis amigos,que ya tenían montada su propia fiesta en la parte de abajo del bar. En seguida mis ansias la echaron de menos y subí para acallarlas.
Lo que vi me produjo más asco que decepción y es que la pequeña Little Miss Asian estaba calmando las suyas con otra boca.La de un chico. Procedí a mirar a mi amiga,la que me la había presentado, con una expresión de :”¿Te sorprende?”
Me quedé sentada en la barra,mirándola y para mi sorpresa era sólo indiferencia lo que sentía. Me recorrió una avalancha de grima por dentro pensando lo humana que me parecía ahora,cuando hacía no mucho más de media hora la había visto como un ser genuíno y único. Cuando se dio cuenta de que la miraba vino a mí y me intentó besar y pedirme perdón. Sinceramente no sé por qué pero acabé cediendo. Y seguí cediendo toda la noche cada vez que la volvía a ver haciendo lo mismo. Pero jamás diré que fue por falta de carácter,simplemente ya no me sorprendía en absoluto y estaba aceptando su naturaleza. Naturaleza que no debería gustarle ni a ella misma ni a nadie.
Las horas pasaron y mis amigos comenzaban a sentirse incómodos porque aunque físicamente era inocencia pura y dura,a mí,le gustaba tratarme como a un juguete “sexual”. Y lo pongo entre comillas porque no accedí ni de lejos a todos los planes que ella me tenía preparados en su mente y que me decía abiertamente,supongo que,por efectos del alcohol. Tenía dos metas: La primera ver como los tíos babeaban cuando nos veían besarnos. La segunda: llevarme a su cuarto a dormir. Cuando me di cuenta de la primera la reprendí como si fuese su hermana y…en cuanto a la segunda,prefirió irse a su cuarto con un italiano que tenía cara de haber comido setas alucinógenas.
Cuando me iba a mi casa le mandé un mensaje,más cariñoso de lo que debería,preguntándole que como se encontraba,ya que había vomitado varias veces. Me lo respondió con la misma cordialidad y en ese momento deseé que se olvidase de mí,que…simplemente no iba a funcionar.
Al día siguiente quise quedar con ella y ver como era sobria. Alomejor
me había equivocado.Su respuesta fue que había sido un error todo. Que quería
que fuesemos sólo amigas. No recuerdo lo que le dije a eso pero desde luego que
no fue nada bueno. A los tres días se había convertido en la novia del tío al
que besaba cuando estaba conmigo.
A él ningún rencor le guardé. A ella es el día de hoy que tengo que
mirar para otro lado cuando estoy en el mismo sitio. No es que hiciese mella en
mí como persona,lo que hizo mella fue la cara que se me quedó.
Después de esta experiencia me pareció prudente no volver a acercarme
demasiado a las féminas en cualquier otra intención que no fuese amistosa. Pero
eso no quiere decir que no me siguiesen gustando y había una en concreto que me
apetecía frecuentemente.
No fue hasta un año y pico de conocerla cuando decidí hacer algo para
llamar su atención. Tenía nombre de flor y su sola presencia hacía que mis ojos
no mirasen a ningún otro sitio. Tenía una cara muy exótica,el pelo corto y
estravagante y unas curvas que a día de hoy,me se de memoria.Me había dicho más de una vez que yo nunca le hacía caso,que solo le hacía caso a mi novio. Pues bien,ahora no tenía novio y fui al sitio donde trabajaba expresamente porque estaba ella.¡Cielos!¡Qué tímida se me hizo!El primer contacto ya me dejó alucinada,tuve que controlarme bastante,porque no quería tomarme unas confianzas con su cuerpo que,ciertamente, no tenía. Me acompañó unas cuantas horas y le regalé una flor,en honor a su nombre. Después se fue. Casi no había comenzado la noche y yo encontré otro entretenimiento para sustituirla. La verdad que era insustituible. Nunca voy a olvidar como me miró esa noche.
Al día siguiente la saludé y antes de que yo dijera nada,me dijo que lo de anoche no podía volver a repetirse. No por mí,si no porque estaba enamorada de otra persona. Yo le confesé que cuando se fue estuve con otra gente y así acabó la conversación.
Un mes o dos después tuvimos una discusión,algo indispuestas las dos,en la que me echó en cara que no fuese la única esa noche. Yo le eché en cara que había hecho que me hiciese ilusiones y al final nos miramos con cara de:”¿Y que importará todo eso a estas alturas?”
A día de hoy sigue siendo una buena amiga,le tengo mucho cariño y
respeto,pero quizás me quede la curiosidad de saber qué hubiese pasado si
hubiera salido bien.
Mon Amour La Fleur tenía una amiga a la que había conocido hacía unos
cinco meses más o menos en el cumpleaños de mi mejor amiga. Era esa clase de
chica que invade tus sueños húmedos durante la adolescencia pero que nunca la
llegas a tener. En aquel cumpleaños hubo química y me preguntó:”Si te gustan
las chicas…¿Por qué tienes novio?”
La verdad me hubiese gustado responderle: “¿Novio?¿Qué novio?” Haberla
raptado y haberle comprado la luna. En vez de eso la ignoré hasta que me la
volví a encontrar.Estaba más bella que nunca,más aún si se podía. Llevaba su larguísimo pelo claro y ondulado. Sus ojos verdes se me antojaban más brillantes que las luces de neón de aquel bar y ahí seguía ese lunar que me había vuelto loca meses atrás. La deseaba terriblemente.
Era justo la época en la que habían prohibido fumar en los bares y ella me invitó a acompañarla al baño para fumar allí. Antes de seguirla le pregunté a un amigo mío,al que había besado que si le importaba. Me dijo que en absoluto con una envidia sana en la sonrisa y la seguí.
Nos encerramos en el baño y encendimos un cigarro,uno para las dos. Comenzó a hablarme del amor libre que había en su grupo y en ese momento supe que o no tenía ninguna posibilidad o la que tenía iba a ser muy breve. Y no me equivoqué.Yo le conté que las chicas solían usarme y tirarme y que probablemente ninguna de ellas se acordaba de cómo me llamaba.
-Tengo las uñas mordidas,pero,me las pinto igual,me resulta muy
femenino¿ A ti no?
Y entonces,además de los balbuceos que salían de mi boca,que era eso lo
que me parecían,porque comparada con su voz la mía era un graznido mediocre e
indigno de ella,le dije:
-¿Puedo besarte?
Asintió con la cabeza tímidamente. Pero la timidez se esfumó rápido.
Comencé a besarla mientras ella estaba aún sentada y cuando creí que el beso
había tenido una duración prudencial me aparte y nos preparamos para salir.
Pero ella cerró la puerta y empezamos a devorarnos ahí de pie en aquel baño
público. Recuerdo que lo que yo le acariciaba era las piernas porque,dios
mío,jamás había visto unas piernas más largas y perfectas. Ella me apretaba
contra sí y me mordía. SI en ese frenesí de saliva,humo y dolor me hubiese
dicho que me quería,me lo habría creído.

Al día siguiente me mandó un mensaje diciendo que me recordaba,que sabía
mi nombre y que era importante. A ese mensaje le contesté con brevedad y
cordialidad controlada porque después de cómo me había ido con las mujeres,no
esperaba que su texto significase algo más que amabilidad y empatía,porque ella
me había explicado que era un “espíritu libre” y no quise molestarla más.
No la olvidé y probablemente la quise esa noche. Cuando la recuerdo y la
describo a mi cabeza le da la impresión de volver a quererla.
Quizás no se quererlas o quizás no se hacer que ellas me quieran a mí.
Pero al igual que a nivel carnal tuve mucha suerte a nivel sentimental la
suerte ha decidido joderme en todas las experiencias que tuve. Les deseo suerte
a todas y que sigan creciendo y haciéndose más preciosas aún si es que existe
esa posibilidad.
No comments:
Post a Comment