Wednesday, April 25, 2012

Ellas.


Para el morbo y la escandalización de algunos y la indiferencia de otros hoy os traigo algo que nunca me dió por escribir,aunque me he cansado de contarlo.He hecho memoria de las mujeres que han pasado por mi vida y con las que he compartido algo más,o mejor dicho,algo menos,que amistad.He de decir como confesión pero sin vergüenza ni arrepentimiento que lo que hice con ellas fue,literalmente,alimentarme de su belleza y de las peculiaridades que tenían cada una. También he de decir que jamás amé a ninguna de ellas. A ninguna. Y esto es porque,aunque adore leer libros sobre amor platónico y vistoriano mi corazón va por libre y no suele invertir en algo que no va a salir rentable. Ya tiene demasiados hematomas y está muy harto,así que si no se ve cortejado por la otra persona prefiere abstenerse de malgastar sentimientos que caerán en saco roto.En lo que voy a decir a continuación no saldrá el nombre real de ninguna de ellas,ya que no quiero incitar a futuras represalias.

Esta historia tiene,obviamente una precursora. Yo era muy ingenua y ella muy experta. Su nombre significaba Reina y ese era el puesto nobiliario que ella tenía en mis pensamientos. Me resultaba muy atractiva y diferente tal y como era. Pero yo no encajaba en su mundo.Aunque debía de secársele la garganta de las veces que decía que yo le gustaba salía a su libertinaje rutinario cada noche y besaba muchos labios. Pero ningunos fueron los míos. En su defensa he de decir que es complicado tener una relacción sin ningún tipo de contacto carnal y ese adjetivo la definía mucho. En una ocasión estuve más cerca de ella que nunca. La casualidad hizo que acabase en su ciudad. Pero tenía otros planes así que nunca llegué a verla.No la amé pero desde luego sí la quise y la deseé y escondí estos sentimientos al resto del mundo porque aunque ahora el amor libre esté de moda,por aquel entonces aún era algo que ocultar y lo oculté muy bien cuando mi madrastra me preguntó muy tranquilamente si lo que pasaba era que esta chica me gustaba. Se lo negué en rotundo pero por desgracia mi cara me delata siempre.Fué pasando el tiempo y mi Reina fué mimetizándose como un camaleón a cada una de las novias que tenía. Era una metamorfosis que daba incluso miedo,porque llegaba a convertirse en un puro clon de ellas. Al crecer e ir viendo esto me doy cuenta de que las cosas salieron como tenían que salir,porque esta muchacha nunca iba a llegar a satisfacerme de una manera que no fuese puramente física.

 Aún así el primer contacto que tuviese que ver con algún tipo de roce con una chica lo tuve un año o dos después. Con una amiga de la infancia que era la nieta de una amiga de mi madre.Me quedé a dormir en su casa y empezó a contarme una cantidad ingente de perversiones que solía hacer con sus amigas y yo,que no podía refrenar las ganas de sentir en la piel lo mismo que sentía en mi cabeza la besé.Noté que lo estaba haciendo pésimamente mal y que además se me iban las manos para comenzar algo que no tenía el valor de terminar.Así que nos lo tomamos como una broma y prometimos que no se lo contaríamos a la gente del pueblo.

 A los tres años,después de un desengaño amoroso decidí salir con mis amigas de noche. Más adelante veréis que nunca que yo salga de noche voy a terminarla sin hacer algo que ofendería gravemente a la iglesia.Una muchacha totalmente ebria y vestida como una zorra de carretera comenzó a coquetear conmigo de una forma incluso molesta.
Debajo de las luces de colores de aquel bar me pareció bonita,pero sabía que tenía novio. Así que la aparté de mí y le dije que no empezase algo que no iba a acabar. Me dijo que pasaba de su novio así que acabé accediendo. Con lo inexperta que yo era en estas cosas comenzaba a cruzar la línea de mi pudor personal tocándome de una manera que entonces no me pareció correcta. Más que nada porque estaba su novio justo al lado,fulminándome con la mirada.Mis amigas me dijeron que cambiaban de bar,y,sinceramente,ellas son las verdaderas mujeres de mi vida. Así que le dije a la Mrs.Courtney Ballantines Love que si quería algo más tendría que venir a buscarme. Le di el nombre del bar al que me iba y me marché.La verdad que aún mi corazón estaba muy tierno y seguía apegándome instantáneamente a cualquier criatura bonita que me regalase un beso. Así que la esperé nerviosa.Al ver que no venía,pensé que no me costaba demasiado dar la vuelta e ir a buscarla. Y eso hice.
Me la encontré de camino,en un portal,magreando a su novio y dándole explicaciones. Me vió y puso una cara como diciendo: Es lo que hay...

En ese momento mi prácticamente inmaduro interior me hizo hacerle el corte de manga más solemne que había hecho en mi vida. En ese momento,necesité un millón de dedos corazones para hacerle ver lo estúpida que me sentía.



Como no me había cansado aún de que me humillasen,volví a salir la noche siguiente intentando ver la anterior como un mal sueño.
Todo comenzó de una manera bastante habitual. Mis amigas y yo fuimos al bar de siempre a ver a la gente de siempre y a escuchar el mismo rock ambiguo de siempre. Una de mis amigas,especialista en meterme en problemas,me presentó a una chica que no era de aquí,pero que estaba pasando unos días en la ciudad.
Cuando la vi,me gustó tanto que me daba vergüenza el simple hecho de mirarla a la cara. Tenía la piel muy clara y el pelo fino y oscuro que enmarcaba una mirada asiática y pequeña. Creo que no la ví parar de sonreír en toda la noche. Me besó,la besé. Me atrapó.
La cabeza me daba vueltas y ella era tan delgada y frágil que me daba miedo romperla. Decidí que ya me habían caído suficientes cubos de agua fría encima y en un intento de no hacer tan evidente lo que sentía me fui un rato a conversar con mis amigos,que ya tenían montada su propia fiesta en la parte de abajo del bar. En seguida mis ansias la echaron de menos y subí para acallarlas.
Lo que vi me produjo más asco que decepción y es que la pequeña Little Miss Asian estaba calmando las suyas con otra boca.La de un chico. Procedí a mirar a mi amiga,la que me la había presentado, con una expresión de :”¿Te sorprende?”
Me quedé sentada en la barra,mirándola y para mi sorpresa era sólo indiferencia lo que sentía. Me recorrió una avalancha de grima por dentro pensando lo humana que me parecía ahora,cuando hacía no mucho más de media hora la había visto como un ser genuíno y único. Cuando se dio cuenta de que la miraba vino a mí y me intentó besar y pedirme perdón. Sinceramente no sé por qué pero acabé cediendo. Y seguí cediendo toda la noche cada vez que la volvía a ver haciendo lo mismo. Pero jamás diré que fue por falta de carácter,simplemente ya no me sorprendía en absoluto y estaba aceptando su naturaleza. Naturaleza que no debería gustarle ni a ella misma ni a nadie.
Las horas pasaron y mis amigos comenzaban a sentirse incómodos porque aunque físicamente era inocencia pura y dura,a mí,le gustaba tratarme como a un juguete “sexual”. Y lo pongo entre comillas porque no accedí ni de lejos a todos los planes que ella me tenía preparados en su mente y que me decía abiertamente,supongo que,por efectos del alcohol. Tenía dos metas: La primera ver como los tíos babeaban cuando nos veían besarnos. La segunda: llevarme a su cuarto a dormir. Cuando me di cuenta de la primera la reprendí como si fuese su hermana y…en cuanto a la segunda,prefirió irse a su cuarto con un italiano que tenía cara de haber comido setas alucinógenas.
Cuando me iba a mi casa le mandé un mensaje,más cariñoso de lo que debería,preguntándole que como se encontraba,ya que había vomitado varias veces. Me lo respondió con la misma cordialidad y en ese momento deseé que se olvidase de mí,que…simplemente no iba a funcionar.

Al día siguiente quise quedar con ella y ver como era sobria. Alomejor me había equivocado.Su respuesta fue que había sido un error todo. Que quería que fuesemos sólo amigas. No recuerdo lo que le dije a eso pero desde luego que no fue nada bueno. A los tres días se había convertido en la novia del tío al que besaba cuando estaba conmigo.
A él ningún rencor le guardé. A ella es el día de hoy que tengo que mirar para otro lado cuando estoy en el mismo sitio. No es que hiciese mella en mí como persona,lo que hizo mella fue la cara que se me quedó.



Después de esta experiencia me pareció prudente no volver a acercarme demasiado a las féminas en cualquier otra intención que no fuese amistosa. Pero eso no quiere decir que no me siguiesen gustando y había una en concreto que me apetecía frecuentemente.
No fue hasta un año y pico de conocerla cuando decidí hacer algo para llamar su atención. Tenía nombre de flor y su sola presencia hacía que mis ojos no mirasen a ningún otro sitio. Tenía una cara muy exótica,el pelo corto y estravagante y unas curvas que a día de hoy,me se de memoria.
Me había dicho más de una vez que yo nunca le hacía caso,que solo le hacía caso a mi novio. Pues bien,ahora no tenía novio y fui al sitio donde trabajaba expresamente porque estaba ella.¡Cielos!¡Qué tímida se me hizo!El primer contacto ya me dejó alucinada,tuve que controlarme bastante,porque no quería tomarme unas confianzas con su cuerpo que,ciertamente, no tenía. Me acompañó unas cuantas horas y le regalé una flor,en honor a su nombre. Después se fue. Casi no había comenzado la noche y yo encontré otro entretenimiento para sustituirla. La verdad que era insustituible. Nunca voy a olvidar como me miró esa noche.
Al día siguiente la saludé y antes de que yo dijera nada,me dijo que lo de anoche no podía volver a repetirse. No por mí,si no porque estaba enamorada de otra persona. Yo le confesé que cuando se fue estuve con otra gente y así acabó la conversación.
Un mes o dos después tuvimos una discusión,algo indispuestas las dos,en la que me echó en cara que no fuese la única esa noche. Yo le eché en cara que había hecho que me hiciese ilusiones y al final nos miramos con cara de:”¿Y que importará todo eso a estas alturas?”

A día de hoy sigue siendo una buena amiga,le tengo mucho cariño y respeto,pero quizás me quede la curiosidad de saber qué hubiese pasado si hubiera salido bien.



Mon Amour La Fleur tenía una amiga a la que había conocido hacía unos cinco meses más o menos en el cumpleaños de mi mejor amiga. Era esa clase de chica que invade tus sueños húmedos durante la adolescencia pero que nunca la llegas a tener. En aquel cumpleaños hubo química y me preguntó:”Si te gustan las chicas…¿Por qué tienes novio?”
La verdad me hubiese gustado responderle: “¿Novio?¿Qué novio?” Haberla raptado y haberle comprado la luna. En vez de eso la ignoré hasta que me la volví a encontrar.
Estaba más bella que nunca,más aún si se podía. Llevaba su larguísimo pelo claro y ondulado. Sus ojos verdes se me antojaban más brillantes que las luces de neón de aquel bar y ahí seguía ese lunar que me había vuelto loca meses atrás. La deseaba terriblemente.
Era justo la época en la que habían prohibido fumar en los bares y ella me invitó a acompañarla al baño para fumar allí. Antes de seguirla le pregunté a un amigo mío,al que había besado que si le importaba. Me dijo que en absoluto con una envidia sana en la sonrisa y la seguí.
Nos encerramos en el baño y encendimos un cigarro,uno para las dos. Comenzó a hablarme del amor libre que había en su grupo y en ese momento supe que o no tenía ninguna posibilidad o la que tenía iba a ser muy breve. Y no me equivoqué.Yo le conté que las chicas solían usarme y tirarme y que probablemente ninguna de ellas se acordaba de cómo me llamaba.

-Tengo las uñas mordidas,pero,me las pinto igual,me resulta muy femenino¿ A ti no?

Y entonces,además de los balbuceos que salían de mi boca,que era eso lo que me parecían,porque comparada con su voz la mía era un graznido mediocre e indigno de ella,le dije:

-¿Puedo besarte?

Asintió con la cabeza tímidamente. Pero la timidez se esfumó rápido. Comencé a besarla mientras ella estaba aún sentada y cuando creí que el beso había tenido una duración prudencial me aparte y nos preparamos para salir. Pero ella cerró la puerta y empezamos a devorarnos ahí de pie en aquel baño público. Recuerdo que lo que yo le acariciaba era las piernas porque,dios mío,jamás había visto unas piernas más largas y perfectas. Ella me apretaba contra sí y me mordía. SI en ese frenesí de saliva,humo y dolor me hubiese dicho que me quería,me lo habría creído.
Salimos de aquel baño y después de un rato le pregunté si estaba bien que la besase aunque hubiese más gente a nuestro alrededor. Y me dijo que sí. Y lo hice más de una y de dos y de tres veces. Después se tuvo que marchar y yo la recordé y presumí de ella porque me parecía una auténtica diosa.

Al día siguiente me mandó un mensaje diciendo que me recordaba,que sabía mi nombre y que era importante. A ese mensaje le contesté con brevedad y cordialidad controlada porque después de cómo me había ido con las mujeres,no esperaba que su texto significase algo más que amabilidad y empatía,porque ella me había explicado que era un “espíritu libre” y no quise molestarla más.
No la olvidé y probablemente la quise esa noche. Cuando la recuerdo y la describo a mi cabeza le da la impresión de volver a quererla.



 El resto de encuentros fueron consecuencia de juegos alcohol y demás sustancia espirituosa,la mayoría de ellos con amigas o simples desconocidas. Que aunque no dejan de ser hermosas y yo no dejo de ser una adicta a su aroma no me causaron ningún daño,ni yo a ellas. Fue pura diversión y hedonismo.

Quizás no se quererlas o quizás no se hacer que ellas me quieran a mí. Pero al igual que a nivel carnal tuve mucha suerte a nivel sentimental la suerte ha decidido joderme en todas las experiencias que tuve. Les deseo suerte a todas y que sigan creciendo y haciéndose más preciosas aún si es que existe esa posibilidad.


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